Conocida como “la juglar tecnológica”, Laurie Anderson es,
ante todo, una compositora de música vanguardista. Sin embargo, ésta no es su
única ocupación, y si por algo se caracteriza es por ser polifacética:
cantante, violinista, videoartista, creadora de performances, poetisa, bailarina, escultora… son solo algunos de
los calificativos que puede recibir esta artista. Su música se caracteriza por
su carácter electrónico, su minimalismo, su experimentación, su combinación con
otras artes (lenguaje, vídeo, danza, etc.), y su relación con las nuevas
tecnologías. Pretende criticar la civilización occidental en su conjunto. Entre
sus mayores ideales se encuentra la idea de que el arte es andrógino: ni
masculino ni femenino. Solo Arte (en mayúsculas).
Con mi videoarte, pretendo mostrar el proceso de creación de
la música en sí misma, entendida como Arte. Para ello muestro una partitura con
una melodía, que luego se desarrollará en un piano, en un ordenador, y en la
propia voz humana. Se nos muestra de esta manera el proceso que puede seguir
una idea simple, que se desarrolla en diferentes formas y medios. Sin embargo,
en este proceso nada está dentro de lo corriente. A la partitura (símbolo de la
música más académica y tradicional) se le da la vuelta, estableciendo una
analogía con el concepto de Laurie Anderson de querer dar la vuelta al concepto
de música en sí. Piano y ordenador aparecen con colores extraños, alejados del
concepto tradicional de música y sumiéndonos en un ambiente futurista y
electrónico. Por último, los labios a medio pintar, junto con un poco de barba,
y una voz distorsionada (no se sabe si de hombre o mujer), rinden homenaje al
concepto andrógino del arte de Laurie Anderson.
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